Sexualidad ¿para qué?
Parte I — El sexo y la sexualidad
Veamos, cómo el Papa Francisco trata el tema del sexo y la sexualidad con los/las jóvenes de hoy: Audiencia a un grupo de jóvenes de la diócesis de Grenoble-Vienne (17 septiembre 2018), 18.09.2018 [1]
III pregunta
Thérèse:
Buenos días, Santo Padre, me llamo Thérèse, tengo 24 años. Varias veces, en mi vida personal, he hablado con personas más grandes sobre problemas de amor y sexualidad. Siempre, me he encontrado con una falta de atención y comprensión; he tenido la sensación de que no me escuchaban. Creo que esto sucede porque somos la primera generación que habla y habla específicamente sobre estos temas.
Manon:
Yo me llamo Manon y tengo 16 años. De repente, estos temas se vuelven complicados; se escucha de todo, de cualquier persona, ves tantas cosas, hay opiniones diferentes … En general, te sientes perdido. ¿Dónde habría que “situarse” en una sociedad en la que el cuerpo es profanado?
Papa Francisco:
La sexualidad, el sexo, son un don de Dios. Nada de tabús. Son un don de Dios, un don que el Señor nos da. Tienen dos propósitos: amarse y generar vida. Es una pasión, es el amor apasionado. El verdadero amor es apasionado. El amor entre un hombre y una mujer, cuando es apasionado, te lleva a dar la vida para siempre. Siempre. Y a darla con cuerpo y alma. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, la Biblia dice que ambos son imagen y semejanza de Dios. Ambos, no solo Adán o Eva, sino ambos, -ensemble-, ambos. Y Jesús va más allá y dice: Por esto el hombre, y también la mujer, dejarán padre y madre, y se unirán y serán … ¿una sola persona? …, ¿una sola identidad? …, ¿un solo anillo de matrimonio? … Una sola carne: esta es la grandeza de la sexualidad. Y así se debe hablar de la sexualidad. Y así se debe vivir la sexualidad, en esta dimensión: del amor entre el hombre y la mujer para toda la vida. Es cierto que nuestras debilidades, nuestras caídas espirituales, nos llevan a usar la sexualidad fuera de este hermoso camino, del amor entre hombre y mujer. Pero son caídas, como todos los pecados. La mentira, la ira, la gula … Son pecados: pecados capitales. Pero esta no es la sexualidad del amor: es una sexualidad “cosificada”, separada del amor y utilizada para la diversión. Es interesante ver cómo la sexualidad es el punto más bello de la creación, en el sentido de que el hombre y la mujer son creados a imagen y semejanza de Dios, y la sexualidad es las más atacada por la mundanidad, por el espíritu del mal. Dime: Has visto, por ejemplo, -no sé si hay una en Grenoble- pero ¿has visto una industria de la mentira, por ejemplo? No. Pero ¿has visto una industria de la sexualidad separada del amor? Sí. Se gana mucho dinero con la industria del porno, por ejemplo. Es una degeneración respecto al nivel donde Dios la ha colocado. Y con este comercio se gana mucho dinero. Pero la sexualidad es grande: Defended vuestra dimensión sexual, vuestra identidad sexual. Defendedla. Y preparadla para el amor, para insertarla en ese amor que os acompañará durante toda tu vida. Os diré una cosa, y luego os contaré otra. En la Plaza [San Pedro] una vez, – yo saludo a la gente en la Plaza- había dos personas mayores, ancianas, que celebraban el sexagésimo aniversario del matrimonio. ¡Eran luminosos! Y yo les pregunté: “¿Habéis reñido mucho?”- “Bueno, a veces …” – “¿Y vale la pena esto, el matrimonio?” – Y estos dos, que me miraban, se miraron el uno al otro y luego volvieron a mirarme, y tenían los ojos húmedos, y me dijeron: “Estamos enamorados”. ¡Después de 60 años! Y luego quería deciros: Una vez un anciano, -muy anciano, con su esposa anciana- me dijo: “Nos amamos mucho, y a veces nos abrazamos. No podemos hacer el amor a nuestra edad, pero nos abrazamos, nos besamos … Esta es la verdadera sexualidad. No la separéis nunca del lugar tan hermoso del amor. Necesitamos hablar así de la sexualidad.
Parte II — Somos seres sexuados
Para varios autores, la sexualidad es el modo de vivirse, verse y sentirse como persona sexuada, el modo o modos con que cada cual vive, asume, potencia y cultiva o puede cultivar el hecho de ser sexuado. Sería una categoría subjetiva en la que la referencia son “las vivencias”, lo que cada cual siente. Por lo tanto, la sexualidad no es un instinto, sino un valor humano, una cualidad, una dimensión, porque todas y todos somos sexuados como todos y todas somos personas. Importa destacar que cada cual se va haciendo sexual, se va haciendo persona sexuada, es decir, notándose, viviéndose, descubriéndose, sintiéndose sexual, progresivamente, evolutivamente. Y que no es obra puntual o estática sino fruto de la experiencia y del vivir.
De acuerdo con la sexología,[2] el sexo, es el conjunto de elementos que, integrados, gradualmente, configuran a una persona como sexuada en masculino o en femenino. Esto quiere decir que construirse como hombre o como mujer es el resultado de un proceso, que se desarrolla a lo largo de nuestra vida, en el que se interconectan toda una serie de niveles o elementos. El sexo es un conjunto de cualidades orgánicas, psíquicas, sociales, culturales, éticas y religiosas o espirituales que forman y estructura la diferencia entre el hombre y la mujer.[3]
El primer nivel, tiene que ver con el sexo genético biológico, el sexo gonadal (testículos u ovarios), el sexo genital (pene, vulva) y el sexo somático o morfológico (hormonas), que da lugar a una figura corporal que varía a lo largo de la infancia, la pubertad, la juventud y la madurez.
El segundo nivel, tiene que ver con el género que, por otra parte, es una construcción sociocultural (que varía de una cultura a otra), que define diferentes características emocionales, intelectuales y de comportamiento en las personas por el hecho de ser hembras o machos.
Estas son características que la sociedad asigna a las personas como masculinas o femeninas, de una manera convencional, ya que suele atribuirlas a cada uno de los sexos biológicos. Distinguir entre sexo y género es útil para diferenciar lo que es biológico de aquello que no lo es (lo cultural).
Cada persona vivirá su sexualidad de manera distinta y su sexualidad estará en continua evolución; se vivirá en todas las etapas de la vida y se expresará de múltiples formas y hacia muchas finalidades (placer, ternura, comunicación, conocimiento, vitalidad, reproducción…), de nuevo influenciado por la socialización particular con aspectos comunes al desarrollo de muchas otras personas.
Finalmente, la erótica es la forma concreta, saludable y placentera en la sexualidad, de expresar todo lo que somos y lo que vivimos y que, como es lógico, tiene múltiples y variadas posibilidades de experimentarse por medio de los sentidos. Es la forma de actuar, sentir, comunicar, dar y recibir, la manera en que las personas como seres sexuados se relacionan consigo mismas y con las demás (afectos, caricias, besos, palabras, olores, sensaciones, admiración). Estas son cualidades de la sexualidad humana que la diferencia de la sexualidad solamente biológica animal. Por lo que incluye, el placer, el juego sexual, la satisfacción, el disfrute, la expresión de sentimientos, la intimidad profunda, la realización personal por medio de las relaciones afectivas de amistad, pareja, familia y matrimonio.
[1] https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/09/18/gren.html
[2] http://educagenero.org/Recursos/LibroBlancoEducacionSexual.pdf
[3] Priego-Martínez, T., & Puerto-Pascual, C., (1995). Comprender la sexualidad (2da.ed.). Madrid: San Pablo.