Liderazgo solidario.

La capacidad de las personas para influir, incentivar y gestionar movimientos y transformaciones precisas en la realidad, desde la comunidad y la participación. Es un liderazgo que tiene como carácter evangélico el servicio a los demás y es vivido de manera compartida y horizontal, centrado en la promoción humana integral de las comunidades, en el bien común de todos.

Espiritualidad Integral.

El ser humano tiene sueños, utopías, motivaciones, deseos y pasiones que necesitan integrarse y canalizarse de acuerdo con lo que es y expresa en su diario vivir. Significa que el hombre y la mujer son algo más que la vida biológica, que en ellos hay algo que le da una calidad de vida superior. Es algo que los distingue, que los hace ser lo que son, dándoles su especificidad humana. El espíritu es la dimensión de más profunda calidad que el ser humano tiene, sin la cual no sería persona humana. De manera que su espiritualidad es la expresión más auténtica de la toma de conciencia sobre su ser persona, que lo posibilita para la toma de decisiones y opciones libres y coherentes para su vida. En esta área se promoverán todas las acciones que permitan el crecimiento, tanto personal como comunitario, de este espíritu, que le dará sentido a la totalidad de la vida de las personas, permitiendo la prolongación de la vida del Resucitado en la existencia.

Diálogo transformador.

La universidad es un centro de comunión y convergencia de disciplinas científicas y humanísticas, que va construyendo el aporte con que quiere colaborar en la transformación de la realidad. En este marco, se trata de crear una dinámica que genere relaciones, consensos y síntesis entre las diversas disciplinas y la reflexión teológica. Supone crear espacios de diálogo horizontal, honestos y abiertos; con personas disponibles para incidir en la transformación de la realidad con propuestas humanizadoras.