Santa Rosa Filipina Duchesne.

Hoy, la Iglesia nos propone el modelo de santidad de Santa Rosa Filipina Duchesne. Ella fue religiosa del Sagrado Corazón de Jesús. Helen McLaughlin rscj sobre Rosa Filipina, afirmaba: “¿Quién es ella para nosotros? Una pionera del futuro que se atrevió a ir donde muy pocos habían conseguido llegar antes que ella. Nos está diciendo algo con urgencia e insistencia. Lo que me impresiona más, es la capacidad de Filipina para responder con energía a los momentos y situaciones difíciles, de aceptar y amar un país extranjero totalmente distinto, un modo de vida nuevo, de entrar de todo corazón en otra cultura, lengua, escala de valores, llegando apreciarlos y amarlos. […] La meta de su vida no fue la santidad personal, sino la entrega total de sus fuerzas para que el Corazón de Jesús fuera conocido y amado”. Que su testimonio de vida, su manera de encarnar el evangelio, nos anime a nosotros, aquí y ahora. “Cultivamos un pequeño campo para Cristo, pero lo amamos, sabiendo que Dios no requiere grandes logros, sino un corazón que no retiene nada para sí mismo!”

Dicho esto, Fray Yamil Samalot nos recuerda: «Siempre abierta a lo que percibía como voluntad de Dios para ella, comienza su camino evangélico como monja de clausura en la Visitación aunque, por razón de la Revolución Francesa, ese sueño se derrumbara. Siempre abierta a la Gracia, se une al proyecto fundador de santa Magdalena Sofía Barat con el anhelo de “cargar el Santísimo Sacramento por todas partes” en el Nuevo Mundo. Pudo haber desistido en su pasión misionera cuando vio pasar doce años sin que pudiese dejar Francia y cruzar el océano… ¿Otra vez sentiría que se alejaba la Palabra de Jesús de su vida; que el Templo se le quedaba vacío? Sin embargo, el día llegó y partió a San Luis, Misuri no obstante solo a los 72 años, ya enferma, es cuando consigue estar entre el pueblo Potawatomi que la acogió a ella, la Madre Rosa Filipina, como “la mujer que ora siempre”. Su entrega misionera en silencio fue Palabra fuerte por la vida del Reino de Dios. El testimonio decidido de esta Religiosa del Sagrado Corazón de Jesús transformándose ella misma en “casa de oración” nos invita a tomar posición ante la persona de Cristo».