Rabia y amor pa’ construir

Stephanie M. Vega Flores Estudiante de Trabajo Social y una concentración menor en Sistema de Justicia 

Derechos Humanos, justicia social, responsabilidad colectiva, dignidad humana, son conceptos que han abordado mi mente constantemente. Desde el primer día no he dejado de pensar en la humanidad en tiempos de Coronavirus. Ya vivíamos en tiempos de violencia y mucha desigualdad y de repente, llega una pandemia que trastoca la vida de todos los seres humanos. Aún sabiendo que ha trastocado la vida de todas las personas, es importante reconocer que no afecta a todos/as por igual. 

En Puerto Rico, el gobierno estableció el aislamiento social, aunque a mí me gusta llamarle distanciamiento físico. Pues nos distanciamos físicamente, pero socialmente no. Y aunque esta medida es necesaria para prevenir los contagios, es importante que hablemos de aquellos grupos que históricamente han sido marginados y oprimidos. ¿Qué sucede con las personas que viven con sus agresores/as?, ¿Y las personas sin hogar?, ¿Las personas que no pueden continuar sus trabajos remotamente? Estas son varias de las interrogantes que han llegado a mi mente. Ante este panorama hiriente, y altamente preocupante, ante este contexto mundial que conocemos y padecemos, me pregunto. Qué rol podemos asumir. 

Como ciudadanas hay cosas que asumimos porque son impuestas por leyes, órdenes ejecutivas, entre otras. Hay otras que asumimos por ética, amor y humanidad. Dentro de eso, se hace necesario que como jóvenes asumamos posturas en la cuestión social y política de nuestro país. La cuestión política y social son asuntos de amor y humanidad. A veces, podemos asumir con miedo y muchos cuestionamientos. Quizás por las implicaciones que eso pueda tener a nivel personal o profesional. Sin embargo, lo hacemos porque nuestra esperanza va mucho más allá. Lo hacemos desde la esperanza de que, no importa cuán pequeñas sean las acciones que hagamos, estas pueden seguir abriendo e impulsando otras iniciativas para el bien colectivo. 

Desde esa urgencia de pensarnos e imaginarnos en equidad, amor y justicia social. Me resisto a que cedamos. Estoy segura de que otras formas de vida, socialización y otros futuros son y siempre serán posibles. Les deseo amor y salud, pero sobretodo ganas pa’ indignarnos y tomar acción desde cada trinchera. Por amor, dignidad, solidaridad y por conciencia ético-política.