Hóstos, brother, esto está difícil pt. 2

Por Alexandra Acosta Vilanova

En un abrir y cerrar de ojos, sin preparación alguna y sin estar de acuerdo, nuestra normalidad se volvió desconocida. ¡Hostos, bróder, eso sí que está difícil! Si eres un lector activo de la literatura puertorriqueña o te obligaban a leer en la escuela, sabrás entonces, que esa frase que mencioné en exclamaciones no la inventé yo, pero sí me pertenece. Esas palabras de la escritora Magali García Ramis son mis favoritas y son las que más he recordado durante esta cuarentena debido al COVID-19. 

Para los que no estábamos acostumbrados a estar en nuestras casas encerrados la mayoría del tiempo, esta situación ha sido un poco complicada. En mi experiencia, soy una joven que disfruta romper las reglas, que se aburre fácilmente de estar realizando las mismas tareas y de tener una misma rutina. Y, no me malentiendan, que estoy agradecida por esto de tener un desayuno, almuerzo y cena casera todos los días. Con aquello de romper las reglas, estoy obligada a no hacerlo por la salud de los míos. 

Les seré sincera, durante este distanciamiento físico, hay unas cuantas preguntas que ya me cansé de contestar. ¡Húyele, que te cogen! Pero de tanto correr y correr ya me atraparon: ¿Cómo te va en esta cuarentena? ¿Qué es lo que más has aprendido? ¡Hostos, bróder, esto está difícil! Pero ¿sabes qué?, que de tanto pensar tengo una contestación. Lo más que he hecho es reflexionar e imaginar. Aunque suene tonto, imaginar siempre ha sido mi pasatiempo favorito. Y les compartiré que no reflexiono ni imagino sobre la cuarentena. Reflexiono sobre lo que está bajo mi control, lo que yo puedo manejar. Imagino sobre mis futuros proyectos, sobre las metas que me atrasé en cumplir y que ahora puedo hacer. Imagino para no estancarme, para innovar y motivarme. 

Para cerrar con broche de oro y zumbarles el postre, les diré que lo más que imagino es mi ideal y lindo Puerto Rico. Pues es esa Islita que ha estado sufriendo por un sistema educativo débil, por la falta de una salud digna, esa Isla que, en lugar de progresar, lamentablemente retrocede poco a poco. Reflexiono para buscar una solución, para brindar ayuda desde mi cómodo y privilegiado hogar. Porque tengo la convicción de que, si no hago nada, entonces sí que “Hostos, bróder, esto estará difícil”.