Foro doctrina social: el rol de los laicos y laicas frente a los desafïos de la realidad

Por Luna Smith Domenech.

En ocasión del aniversario 131 de la carta encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, se convocó un foro en la Universidad de Sagrado Corazón para reflexionar sobre este vigente documento. El mismo se considera un pilar fundamental de la doctrina social de la Iglesia Católica. Precisamente, se escribió en un tiempo donde se presenciaban cambios radicales en todas las esferas.

Así, el 18 de mayo del 2022, el Centro Sofía y CASA (Consejo de Acción Social Arquidiocesano) nos invitaron a tener una conversación sobre algunas inquietudes de la responsabilidad del laico(a) en la iglesia.

El lcdo. Gustavo González compartió un mensaje muy representativo y acertado del  arzobispo de San Juan, su eminencia Roberto Octavio González Nieves. “En Puerto Rico en los tiempos actuales, podemos decir que se asemejan a aquel contexto laboral y social que inspiró a León trece a mostrar su preocupación por la dignidad de todas las personas humanas especialmente en el mundo del trabajo.” Las realidades que ha enfrentado Puerto Rico han sido: una de crisis laboral, social, gubernamental, ambiental y de salud pública con la pandemia del COVID- 19. Ha sido víctima de circunstancias desaventajadas y de gobernantes incapaces y corruptos. 

“Un estado sin justicia, se convertirá en una banda de ladrones… las justicias que tanto promueve la doctrina social deben ser accesibles a todo el pueblo, especialmente al pueblo obrero y sobre todo la mujer obrera con quien nuestra patria tiene una gran deuda social.” -Monseñor Roberto Octavio González 

 A la luz del llamado a la reflexión y pensamiento sobre qué significa ser iglesia ahora, y como puede ocurrir una transformación eclesial positiva, hay que repensar y romper con el modelo jerárquico. Con esto se reconoce al laicado y su rol con una participación equitativa. Es por esto que, estos intercambios de experiencias y saberes desde el pensamiento social de la iglesia son imperativos para la discusión y conversación del rol de los laicos y las laicas frente a estas realidades desafiantes que enfrenta Puerto Rico. Al igual que conocer y accionar la doctrina social de la iglesia, que pretende iluminar la conciencia de todos.

“Hemos tenido el Altar como medio de salvación y hoy la doctrina social nos dice que la calle es el medio de salvación”

Edwin Figueroa Narvaez 

Formaron parte de la conversación distinguidos panelistas en la esfera de teología, acción y doctrina social:

  • La señora Nery Hernandez Gonzalez, quien posee un bachillerato en Ciencias sociales y una maestría en Administración de Empresas con especialidad en Economía y certificaciones en estudios bíblicos. Es administradora de negocios, voluntaria, tallerista y colaboradora activa en temas de doctrina social.
  • El padre Feliciano Dominguez, posee un máster en la Doctrina social de la Iglesia, estudios doctorales en Teología y un certificado como maestro de Historia en nivel secundario, secretario de la junta de directores de la cooperativa de energía de San Salvador en Caguas.
  • El profesor Edwin A Figueroa Narvaez, natural de Cupey Alto, posee un bachillerato en Artes con concentración en educación secundaria en Historia, un certificado en educación alternativa y tiene un título máster oficial en doctrina social de la Pontificia Universidad Católica de Salamanca. En el 2017 comenzó su trabajo como coordinador de proyectos de la pastoral universitaria en la Universidad del Sagrado Corazón y es fundador y gerente senior del Centro Sofía. 

“Tenemos que aprender a reunirnos a soñar juntos, dialogar mucho, compartir ideas, propuestas, identificar las trampas del sistema que nos quiere dividir…tenemos que aprender a liberarnos de cosas que paraliza la acción”.

Padre Feliciano Hernández González

Estos fueron los puntos importantes discutidos en este panel: 

Los panelistas nos invitaron a reflexionar sobre cómo se ha movido el mensaje religioso en Puerto Rico y si en efecto hemos llevado la doctrina social de la iglesia a todos los lugares en un lenguaje concreto y divulgativo hacia el público. Así, se resaltó los retos pastorales e históricos que impiden que las personas conozcan sobre la doctrina social. Este patrimonio doctrinal no se enseña y es por eso que no se traduce en comportamiento concreto. Hay una falta de educación en la juventud ya que en la catequesis no se incluye el aprendizaje de la doctrina social de la iglesia. Por tanto, es urgente seguir educando, escuchando y abriendo espacios de conversación donde se haga más accesible el aprendizaje de esta doctrina social. 

Además, debemos romper con la idea que todo el trabajo eclesial se hace en la iglesia, especialmente el trabajo y misión del laicado. Su misión es salir a la calle y denunciar todo aquello que nos aleja de Dios, como los pecados estructurales que enfrenta el pueblo puertorriqueño: pobreza, corrupción, aniquilación de recursos naturales, apropiación de terreno, colonialismo y la necropolítica.  La responsabilidad del laicado es denunciar donde se juega con la vida, no en la parroquia, porque en ella es donde se construye el reino de Dios. Y en esos espacios es donde se comparten los valores de la doctrina social: amor, libertad, verdad, y justicia. 

Debemos preguntarnos ¿En dónde Jesús estuviera caminando hoy y cuál sería su destino?… ¿En la parroquia o en la calle? ¿El camino de Jesús es hacia la iglesia o donde se están organizando los obreros, donde luchan las feministas, donde viven los deambulantes y en las escuelas y hospitales? En estos espacios es donde el laicado está llamado a ser misioneros, a denunciar las injusticias y crear conciencia. Hay que asociarse con las personas que buscan el bien común, salir de la zona de confort y escuchar la pluralidad de puntos de vistas de los diversos grupos sociales de diferentes contextos de vida. Hay que elegir líderes políticos que les duela la verdad de las necesidad del pueblo y que compartan el compromiso por el bien común. Hay que participar activamente en las comunidades y en todos los espacios sean puros o no, porque no hay que creer en Dios ni ser religioso para compartir los valores de la doctrina social… Nuestra fe nos exige el compromiso con concientizar sobre la realidad, nos exige un compromiso en educarnos, organizarnos y llevar eso a la acción social concreta y la participación activa y no esperar a morir para tener la experiencia del reino de Dios, sino que crearlo aquí y ahora. 

“La actitud entre la iglesia y la sociedad debe ser una de colaboración donde intervengamos en los problemas sociales y no solo hablemos de ellos”.

Nery Hernandez.