Encuentro Ecuménico: “San Óscar Arnulfo Romero Galdámez, Semilla de Unidad”

En la Capilla Mayor de la Universidad del Sagrado Corazón, un silencio reverente precedía al inicio del Encuentro Ecuménico “San Óscar Arnulfo Romero Galdámez, Semilla de la Unidad”. Era 20 de marzo de 2025, y a las 11:00 de la mañana, la memoria del mártir salvadoreño se hacía presencia viva entre oraciones, cantos y palabras tejidas con el hilo común de la fe.

Este acto, animado por el profesor José Enrique Hernández, Gerente de teología del Centro Sofía, no fue solo una ceremonia conmemorativa, sino un espacio de profunda reflexión interdenominacional. Un gesto de comunión visible entre diversas tradiciones cristianas reunidas en torno al testimonio de quien fuera llamado “la voz de los sin voz”.

Un ecumenismo desde las heridas

Inspirados en el concepto de “ecumenismo de la sangre”, articulado por el Papa Francisco, los participantes reflexionaron sobre el poder unificador del sufrimiento compartido por causa del Evangelio. San Romero, asesinado mientras celebraba la Eucaristía en 1980, encarnó la fidelidad radical a la justicia y a la opción por los pobres. Su martirio, lejos de dividir, convoca a la unidad.

La doctora Anuchka Ramos Ruiz, Provost y vicepresidente de asuntos académicos de la Universidad del Sagrado Corazón, en una intervención sentida y comprometida, subrayó que la misión educativa de la Universidad está íntimamente ligada a este legado. “No educamos para el éxito individual”, dijo, “sino para formar agentes de transformación social que vivan desde la fe un compromiso con la justicia y la paz”.

Testimonios que conmueven, llamados que comprometen

Durante el acto, voces de distintos credos compartieron relatos de mártires contemporáneos. El Diácono Dr. Francisco González, la Revda. Dra. Lizzette Gabriel Montalvo, el Rvdo. Juan R. Mejías y El Revdo. Dr. Luis Collazo Torres, ofrecieron palabras que no solo informaban, sino que interpelaban. Recordaron que el martirio no es un fenómeno del pasado: aún hoy, hombres y mujeres mueren por proclamar la dignidad humana en nombre del Evangelio.

El Revdo. Dr. Luis Collazo Torres, desde la tradición bautista, habló con pasión sobre cómo el legado de Romero nos convoca a una fe que no puede contentarse con la contemplación pasiva. “Si el Evangelio no incomoda al poder ni consuela al oprimido, no es el Evangelio de Jesús”, afirmó.

Romero: Semilla viva en tierra ecuménica

El encuentro tuvo momentos de oración comunitaria, lectura bíblica y silencio contemplativo. Cada instante parecía confirmar una verdad central: que Romero no pertenece a una sola iglesia, sino a todas las que buscan con sinceridad la justicia del Reino.

Los asistentes fueron invitados a convertirse ellos mismos en semillas de unidad, no desde una uniformidad impuesta, sino desde una comunión construida en el respeto mutuo, la escucha profunda y la acción concreta.

Más allá del acto: educación, comunidad y compromiso

Este encuentro ecuménico no termina con un aplauso ni con una fotografía grupal. Su verdadero desenlace comienza al salir del templo, cuando los corazones tocados por el testimonio de Romero se disponen a actuar. Como bien se recordó en una de las intervenciones: “la fe sin obras es fe muerta”.

La Universidad del Sagrado Corazón, fiel a su tradición humanista-cristiana, se compromete a seguir siendo espacio de diálogo, reflexión y acción transformadora. A través de proyectos académicos con impacto social, desea que el espíritu de Romero no quede como un eco del pasado, sino como una voz viva que nos impulse a construir comunidades más justas, pacíficas y unidas.

Finalmente, Gilberto J. Marxuach Torrós, Presidente de la Universidad del Sagrado Corazón, en el cierre del acto ecuménico sostuvo que a los cristianos y cristianas de diversas sensibilidades; y personas de buena fe, les une la misión de seguir construyendo una sociedad puertorriqueña más auténticamente cristiana según el corazón de Jesús construyendo el Reino.