¡Alégrate!

Por Francisco González Vega, MPA, Ph.D / Profesor de Teología

¡Alégrate! Hoy cuarto domingo de Adviento, completamos nuestro itinerario de reflexión para celebrar la Natividad del Señor. El Dios con nosotros: el que vino, el que viene y el que vendrá. El que se hace presente en nuestra vida y en nuestra historia para redimirla. Esa es la alegría de la Navidad. En este tiempo nos pueden distraer las luces, música e historias que suelen acontecer a nuestro alrededor. Son bonitas, alegres y nos llenan de ilusión y esto está bien. Ahora, no perdamos el verdadero motivo de esa alegría e ilusión: el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Es la encarnación de Dios en Jesús, es ese gesto de parte de Dios en tocar nuestra humanidad llena de buenas obras, pero también de muchas sombras, de pecado. Dejemos que el Espíritu de Dios descienda en nuestras vidas, como a María en este evangelio de hoy, para que nuestra vida sea cubierta «con su sombra». De esa manera se cumplirá la alegre misión de nuestra vida, de nuestra historia. Para descubrir cuál es, sólo necesitamos la disposición, como María, de que «se cumpla en mí lo que has dicho»: un sí incondicional a la acción del Espíritu en nuestra vida. ¡Alégrate!

Bendiciones